Para mejorar nuestra salud articular y ósea podemos seguir estas dietas cada dos meses para depurar y regenerar los tejidos deteriorados y favorecer la flexibilidad de las articulaciones
Se estima que cerca del 20% de la población mundial padece dolencias en las articulaciones relacionadas con el desgaste, la artritis y la osteoporosis.
Estas condiciones son el resultado del deterioro del cartílago, los ligamentos y el sistema óseo, ya sea por cuestiones genéticas, edad o algún tipo de lesión.
El inconveniente es que disminuyen poco a poco la calidad de vida ya que limitan la capacidad de movimiento en todas las actividades cotidianas que antes eran fáciles de realizar.
Además, la mayor parte de las veces vienen acompañadas de síntomas como la rigidez, la tensión, la pérdida de equilibrio y continuos episodios de entumecimiento.
Los tratamientos para controlar estas afecciones varían en cada caso y según la gravedad con que se presenten.
No obstante, a nivel general existen hábitos saludables que pueden contribuir aproteger y mejorar el estado de los huesos y las articulaciones.
En este sentido hoy queremos revelar dos dietas muy especiales que se están popularizando porque están diseñadas justamente con este fin.
A continuación te damos los detalles y los pasos para seguirlas en casa.
¡No te las pierdas!
1. Dieta depurativa
Antes de fortalecer el organismo es primordial depurarlo para eliminar las toxinas que se van acumulando en los cartílagos.
Estas sustancias promueven el desarrollo de enfermedades y aceleran la degradación de los tejidos desde edades tempranas.
El plan alimenticio para llevar a cabo este paso se realiza durante una semana seguida, cada dos meses.
Desayuno
Media hora antes de desayunar consume un vaso de agua tibia con limón.
Pasado este tiempo puedes ingerir:
- 1 taza de té verde.
- 1 tazón con 15 uvas y 2 rodajas de piña fresca.
- 1 vaso de jugo de melocotón.
- 1 vaso de leche de almendras.
- 1 tazón de avena con trozos de manzana verde.
Almuerzo y cena
Tanto el almuerzo como la cena deben incluir grandes cantidades de frutas y verduras, y un menor contenido de proteínas y carbohidratos.
Los recomendados son:
- Brócoli cocido al vapor.
- Zanahorias al vapor o crudas, con arroz integral y granos de choclo.
- Berenjenas al horno.
- Sándwich de tomates, aguacate y cebolla, en pan integral.
- Jugo de remolacha o betabel con manzana y una tortilla con ajos.
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2. Dieta reconstructiva
La dieta reconstructiva es un plan de alimentación que busca la regeneración de las células y los tejidos deteriorados.
Esta contiene todos los grupos de nutrientes y enzimas que participan en la reconstrucción de los cartílagos y los huesos débiles.
Su significativo aporte de vitaminas, minerales y proteínas contribuyen a mantener un sistema óseo fuerte y unas articulaciones flexibles.
Se aconseja realizarla durante dos semanas seguidas, cada dos meses.
Desayuno
Justo después de despertar, toma una cucharada de aceite de oliva con unas gotas de jugo de limón fresco.
Una vez trascurra media hora, consume:
- 1 taza de licuado tropical, preparado con leche de almendras, papaya, piña y plátano.
- 2 rebanadas de pan integral untadas con dos cucharadas de mantequilla de almendras.
Almuerzos y cenas
Estas dos comidas principales deben contener alimentos saciantes pero de mucho valor nutricional.
Lo ideal es que sean ligeras en calorías, pero sin que eso implique suprimir grupos alimenticios esenciales.
Puedes elegir dos o tres opciones de las siguientes:
- Lentejas hervidas, con arroz integral y semillas de girasol.
- Bacalao al horno con tomate.
- Ensalada de garbanzos y atún.
- Sopa de zanahoria.
- Pechuga de pollo asada con limón.
- Huevos gratinados.
- Tomates rellenos con una pasta de caballa y huevo.
- Salmón al horno con limón.
- Champiñones al ajillo.
- Sándwich de sardinas, queso magro, aguacate y zanahoria.
Postres
Los postres elaborados con gelatina son los más indicados para este tipo de casos. Estos pueden prepararse con frutas, sobre todo ricas en vitamina C, como el limón y el kiwi.
¡Importante!
Con el fin de conseguir óptimos resultados con la realización de estas dietas se debe evitar la ingesta de gaseosas, comida industrial y azúcares.
En lugar de esto es conveniente aumentar las porciones de frutas, verduras y carnes magras. Además, lo idóneo es ingerir dos litros de agua al día o leches vegetales enriquecidas con calcio y magnesio.
Por último, cabe recordar que la práctica continua de actividad física y ejercicios de estiramiento es clave para prolongar el buen estado de estas partes del cuerpo.
Procura dedicarles algunos minutos del día para no desaprovechar sus beneficios.
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